Una quiche es un pastel salado hecho con una base de masa quebrada/brisa u hojaldre, sobre la que se pone una mezcla de huevos, crema de leche y otros ingredientes como verduras, carnes o quesos, que se cocina al horno hasta que cuaja.
Su origen es francés, su nombre proviene del vocablo Küchen del dialecto de la región de Lorena (noreste de Francia). De ahí que la más conocida de todas sea la quiche lorraine, que en sus orígenes sólo era la base de masa brisa y una mezcla de huevos y crema de leche fresca y espesa, aromatizada con pimienta negra y nuez moscada. Fue en el siglo XIX cuando se comenzó a añadir a la mezcla las tiras de panceta que caracterizan la quiche lorraine que conocemos actualmente.
A partir de entonces son numerosas las combinaciones de ingredientes que podemos utilizar para elaborar este delicioso pastel, que es muy socorrido y queda fenomenal tanto para comidas o cenas, como para una merienda, pudiéndose hacer incluso en versión mini/individual.
La que os traigo hoy es una versión muy sana, con verduras, una forma diferente y fácil de hacer que coman verdura en casa, sobre todo los niños, que a veces les cuesta tanto. Así que, vamos allá con nuestra quiche de espárragos verdes y champiñones.
Ingredientes (para un molde de 25 cm)
• 1 base de masa quebrada (próximamente os pongo la receta) o de hojaldre (receta)
• 150 g de espárragos verdes
• 250 g de champiñones
• 1 puerro mediano
• 1 cebolla
• 400 ml de nata para cocinar
• 5 huevos
• Sal y pimienta
Elaboración:
Precalentamos el horno a 200º, calor arriba y abajo.
Forramos el molde con papel de horno. Si compráis la base hecha, podéis utilizar el papel que viene directamente, colocando sobre el molde el papel y la masa a la vez.
Ponemos la masa encima, con cuidado de no estirarla mucho, ya que si no se os encogerá, y vamos cubriendo con cuidado todos los bordes. Pasamos el rodillo por encima de los bordes del molde para quitar la masa que sobre. Y pinchamos toda la superficie con un tenedor.
Tenéis un paso a paso fabuloso de cómo forrar un molde con masa quebrada en esta web www.javirecetas.hola.com
Cogemos otra lámina de papel de hornear y la ponemos encima de la masa y colocamos peso encima, ¿con qué?, pues venden unas bolas de cerámica preciosas y maravillosas para este uso, pero con un paquete de garbanzos nos apañamos estupendamente, eso sí, estos garbanzos ya no los uséis para un cocido, guardarlos en una bolsita para estos menesteres.
El peso hace que la masa no se abombe ni agriete, quedando perfectamente lisa y horneada por igual.
Horneamos la base con los garbanzos durante 10- 12 minutos, en la parte baja del horno, para que se nos haga la base, pero no se nos doren demasiado los bordes superiores.
Lo de siempre con el tiempo, depende de cada horno, tened en cuenta que no tiene que dorarse, sólo hacerse un poco, que luego vuelve al horno.
Con esto conseguimos que la base quede más crujiente y no blandurria como ocurre cuando no se pre-hornea.
Mientras vamos preparando nuestra mezcla.
Lavamos, secamos y troceamos los champiñones en taquitos y los sofreímos en una sartén con un poco de aceite de oliva. No hace falta que se hagan del todo, ya que van al horno, sólo lo suficiente para que suelten el agua que pierden.
Escurrimos en un colador y reservamos.
Cuando utilicemos ingredientes fritos en nuestras quiches, hay que escurrirlos bien para que no nos quede grasienta.
Lavamos los espárragos, los cortamos en trozos de unos 3 cm y los ponemos tres minutos en agua hirviendo.
Escurrimos en un colador y reservamos.
Lavamos, secamos y cortamos en rodajas finitas el puerro y picamos bien la cebolla. Los freímos juntos en una sartén con aceite de oliva hasta que estén hechos, añadimos los espárragos y damos unas vueltas, apartamos del fuego, escurrimos y reservamos.
En un bol echamos los huevos y los batimos con unas varillas, añadimos la nata y volvemos a batir.
Salpimentamos, sin pasarnos con la pimienta, añadimos los champiñores, la cebolla, el puerro y los espárragos y movemos.
Pasados los 10-12 minutos sacamos la masa del horno y retiramos los garbanzos tirando del papel de horno. Tiene que quedar más o menos así:
Bajamos el horno a 170º ¡No os olvidéis de esto!
Es importante que las quiches no se horneen a una temperatura muy elevada, aunque tarden más tiempo en hacerse.
¿Y esto por qué? Pues porque si se hace a mucha temperatura la mezcla cuaja muy rápido, subiendo mucho y luego al quitar el calor, baja de golpe, rompiéndose en la mayoría de las ocasiones y no quedando tan bonita como debiera. Y además, la superficie más que dorarse, suele tostarse.
Vertemos la mezcla sobre la masa y metemos al horno a 170º, durante 30 – 45 minutos, esta vez en la parte media del horno. Tiene que cuajar pero con cuidado de no pasarnos con el tiempo o se quedará muy seca. A los 30 minutos podéis probar a pincharla con un palillo en el centro, igual que con los bizcochos, y si sale limpio es que está lista.
Sacamos del horno, desmoldamos y ya la tenemos lista para servir, tanto caliente como templada.